4. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
4.4. Regiones más afectadas y tipo de desastres de mayor recurrencia
El Gráfico 8, muestra las regiones más dañadas por eventos,
y entrega el número de comunas afectadas en cada una.
Gráfico 8: Regiones con mayor número de comunas afectadas, 1971.
Fuente: DesConsultar, 2001.
Como ya se había indicado, las comunas más afectadas por eventos
durante este año fueron las pertenecientes a las regiones Metropolitana
y de Valparaíso. Les siguen las regiones de Los Lagos, La Araucanía
y del Bío Bío, con 49, 42 y 32 comunas afectadas respectivamente.
Las regiones de Bernardo O'Higgins y del Maule tuvieron 25 comunas dañadas
cada una.
Si se asocia el número de comunas afectadas por tipo de evento, se
puede también afirmar que en estas regiones los eventos que causaron
el mayor número de comunas afectadas corresponden a los detallados
en la sección 4.2: tempestad, sismo, incendios y nevada. La distribución
temporal se muestra en el siguiente gráfico.
Gráfico 9: Distribución temporal de eventos, según regiones
más afectadas.
Fuente: DesConsultar, 2001.
La tempestad y nevada registrada el día 20 junio, significó
graves daños en las regiones Metropolitana y Bernardo O'Higgins. Los
predios de éstas estuvieron durante días cubiertos de nieve,
quemando la producción de hortalizas y de forraje. El peso de la nieve
causó la caída de árboles, techos, bodegas, gallineros,
etc. Por otra parte, las bajas temperaturas fueron las causantes de la muerte
de 5 personas y de gran número de animales, sobre todo aves, con serios
daños para la industria avícola del país, los que llegaron
a más del 50%. Los efectos en la población y las viviendas por
la nevada fueron cuantiosos, al igual que en la industria y el comercio, originando
un total de 700 damnificados. Los daños en la infraestructura vial
fueron importantes en cuanto a la obstrucción por nieve, originando
el aislamiento de poblados enteros. La región de Bernardo O'Higgins
quedó aislada durante 1 día en su acceso norte, dejando a más
de mil personas atrapadas en la ruta.
Las lluvias y el viento originadas por la tempestad, produjeron inundaciones
de casas, debiendo evacuar a sus moradores, y de calles, suspendiendo el tránsito
vehicular. Considerando ambas regiones, esta tempestad dejó un total
de 2.645 damnificados.
Los daños en la agricultura pueden resumirse como pérdida casi
total de paltos, cítricos, frutales, hortalizas, animales y aves; en
cuanto a infraestructura, los daños fueron corte de caminos por derrumbes,
suspensión de tránsito y aislamiento de localidades por acumulación
de nieve.
Las tempestades desarrolladas en las regiones de Los Lagos y de La Araucanía,
dejaron un saldo de 1.225 damnificados, más serios daños en
viviendas, caminos y en la actividad productiva de ambas regiones. Las lluvias
provocaron la inundación de casas y calles, dejando un total de 881
damnificados cuantificados a través de DesInventar. Las inundaciones,
en ambas regiones, se debieron a la crecida y desborde de ríos y esteros,
dejando 3 viviendas destruidas, 1.013 damnificados y 415 evacuados.
En estos dos últimos eventos (lluvias e inundaciones), los daños
en la infraestructura vial son importantes, causando el corte de caminos y
daños o pérdida de puentes, como ocurrió en la comuna
de Panguipulli, donde la crecida de los ríos Liquiñe y Pellapa
destruyó 20 puentes; en la comuna de Temuco, la crecida del río
Cautín significó la inundación de miles de hectáreas
y daños en la agricultura. Otro efecto característico de estos
eventos es el aislamiento en que queda gran número de ciudades y localidades,
impidiendo el tránsito de las personas, el comercio y el traslado de
producción agropecuaria y silvícola hacia los mercados. Todo
esto significará serios perjuicios económicos y sociales.
Con respecto al sismo ocurrido el 8 de julio, como ya se había mencionado,
sus efectos fueron especialmente devastadores en las regiones de Valparaíso,
el sur de la región de Coquimbo y en los sectores rurales de la Metropolitana.
Este terremoto, que tuvo una intensidad de entre 8º y 10º en la
escala de Richter, según la zona afectada, causó la muerte de
aproximadamente 80 personas y 377 heridos. Dejó a más de 2.800
damnificados, 1.700 evacuados y 13.160 viviendas destruidas. En general, causó
serios daños en puertos (Valparaíso y San Antonio), caída
de viviendas, cornisas, vidrios; daños en oficinas públicas
y privadas; daños en 21 centros de salud (entre hospitales, postas
y consultorios), 7 establecimientos de educación, 14 centros de socorro
(comisarías y bomberos), corte de caminos, energía y comunicaciones.
Serios daños y grietas en tranques de relave de las comunas de Los
Andes, Cabildo y Petorca, causando la contaminación de tierras y agua
para riego, situación que fue resuelta en octubre del mismo año.
En la región de Coquimbo, causó serios daños en la pequeña
y mediana minería.
Los efectos de este sismo contribuyeron a empeorar la situación por
la que atravesaba la población de estas regiones, sobre todo la Metropolitana
y Valparaíso, después del desarrollo de las tempestades y nevada
desde mediados del mes de junio.
Con respecto a los incendios, en el mes de enero se observa el mayor número
de comunas afectadas; en los meses siguientes este número no superará
las 10. La región que presenta el mayor número de incendios
es la Metropolitana, y dentro de ésta la comuna de Santiago con 17
comunas afectadas. Los incendios registrados en las trece regiones del país,
arrojan un total de 58 muertos, 90 heridos, 199 viviendas destruidas, 1.021
damnificados y 2.607 afectados.
Aún cuando las erupciones no estén consideradas como eventos
que afecten a gran número de comunas, la magnitud que estas alcanzan
representan daños tan graves como los ocasionados por sismos o tempestades.
En el caso de las erupciones vividas en las regiones de La Araucanía
y de Aisén durante los meses de diciembre y agosto respectivamente,
se aprecia esta situación.
Si bien se puede pensar que sus efectos fueron escasos ya que alcanzaron a
un número bajo de comunas, no hay que olvidar que la superficie comunal
a medida que nos acercamos a regiones australes aumenta considerablemente.
De esta manera, el área total afectada es bastante grande, llegando
a sobrepasar los 100 km. de radio. Por otro lado, las erupciones se caracterizan
por presentar columnas de cenizas, cargadas de gases tóxicos, que alcanzan
gran altura y extensión, por lo que el área de influencia y,
por lo tanto, el área afectada sobrepasa con mucho los sectores inmediatos
al volcán, los que recibirán además los efectos de coladas
de lava y lodo (lahares); estos últimos producido por el deshielo de
glaciares y nieve en las partes altas del volcán. En este sentido,
la erupción del Volcán Hudson se dejó sentir con fuerza,
a través de la lluvia de cenizas, hasta la localidad argentina de Perito
Moreno a más de 100 km de distancia; cosa similar ocurrió con
las cenizas caídas en las ciudades de Aisén y Coihaique, ambas
a más de 80 km de distancia, en las que acumuló hasta 4 cm sobre
las calles y edificios.
La contaminación del aire por gases sulfurosos es otro de los efectos
que alcanza una gran amplitud en cuanto a las áreas afectadas. Todos
los habitantes de poblados y ciudades en un radio de más de 100 km
sintieron los efectos de estos gases en el sistema respiratorio y ojos.
La erupción del Volcán Villarrica produjo, además de
coladas de lava, lahares que en su mayoría fueron los causantes de
la desaparición de poblados enteros como Coñaripe, Pocura, Chaillupén,
Traitraico, Quilentué y Llauquén. Licanray y Llanahue, fueron
dañados moderadamente por el lodo, sobre todo con la pérdida
de puentes e inundaciones por aumento de nivel del Lago Calafquén.
Villarrica y Pucón fueron invadidos por una nube tóxica que
hacía irrespirable el aire. Se señala que fueron miles las personas
evacuadas.
Ambas erupciones produjeron daños cuantiosos a la población,
sobre todo la del Volcán Villarrica que dejó a más de
200 personas muertas o desaparecidas, a la infraestructura, con la pérdida
de numerosos puentes, caminos y lugares de veraneo, y en la ganadería,
causando la muerte de numerosos animales por acción directa de la erupción
como por la falta posterior de alimento, al quedar las tierras cultivadas
y de pastoreo cubiertas con cenizas.
Ambas erupciones se diferencian por sus efectos. Mientras que la erupción
del Volcán Villarrica causó serios daños a la población
e infraestructura, la erupción del Volcán Hudson provocó
daños, sobre todo, en la ganadería.