En términos globales se trata de un período con pocos
registros de eventos de este tipo, si se le compara con los que le sucedieron. Es factible pensar que se debe a
la escasa atención prestada a los eventos de orden hidrometeorológico en el país hasta hace pocos años, pero fundamentalmente, debe atribuirse a
un aumento real de los eventos dañinos a causa de un incremento en la vulnerabilidad, pues como intentamos
demostrar, al igual que ha sucedido en otros países en desarrollo, en las últimas décadas
se han incrementado en Costa Rica los eventos dañinos relacionados con la ocurrencia de un fenómeno
natural, sin que el número de éstos haya a su vez, aumentado sensiblemente (Maskrey,
1989).
El cambio en la cantidad de reportes de origen hidrometeorológico
a escala nacional, ha provocado que los medios masivos, la opinión pública y los organismos e instituciones
nacionales, volcasen su atención sobre este tipo de eventos con un interés nunca antes demostrado.
Para 1980-1984, el registro de inundaciones es consecuente con lo que refleja la evaluación
conjunta de todo el período, pero su peso en la relación global de los eventos registrados está
más asociado a la década siguiente que a ésta.
Es interesante notar que entre 1980 y 1984, el cantón de Talamanca,
en Limón, tuvo tan sólo un reporte de un evento hidrometeorológico dañino, pese a que en el escenario general de estas dos décadas aparece
como uno de los cinco más vulnerables ante el riesgo hidrometeorológico en todo el país. Si a ello se añade el hecho de que en este mismo período
se registró un evento El Niño, la intriga aumenta, dado que este fenómeno suele caracterizarse
por incrementar el volumen de lluvias que cae sobre el Caribe, (Stolz y Vega; 1997), lo que supondría una ocurrencia mayor de eventos de desastre .
Es posible que la causa de la escasez de reportes entre 1980 y 1984 para Talamanca, se relacione con la inaccesibilidad de la región montañosa en que se
ubica este cantón y posibles dificultades para notificar a las autoridades o a la prensa acerca de acontecimientos
de esta índole. Por otro lado, es uno de los cantones con menor densidad de población (6.65 hab/km2),
constituida por minorías de varias etnias indígenas como los cabécares
y bribris, así como la mayor cantidad de población negra de Costa Rica.
El mes que tuvo más reportes en estos cuatro años fue septiembre, el cual se caracteriza por
ser uno de los más lluviosos en el Pacífico costarricense, junto con mayo y octubre. La provincia
de San José concentró el 40% de todos los registros, porcentaje que se distribuyó entre
inundaciones, deslizamientos y vendavales. Las primeras representaron el 46% del total de ocho tipos de eventos
clasificados en el período para todo el país .