Estos hongos tienen su medio óptimo para desarrollarse en ambientes húmedos.
Dado que La Niña suele producir en el área de influencia climática del Pacífico un
incremento en las lluvias, el aumento absoluto en la cantidad de plagas por hongos, puede ser un indicador de un
mayor volumen de precipitación sobre esta parte del país. Si incluimos temperaturas elevadas
constantes, (alrededor de 25 ºC, por lo menos, lo usual en el Valle Central de Costa Rica), un incremento en las lluvias
y como resultado de ambos, el consecuente aumento de la humedad relativa, se tienen las condiciones adecuadas para
estimular el desarrollo de plagas de hongos. A ello hay que añadir la forma de producción basada
en plantaciones monocultivistas, donde las defensas naturales a las plagas en general, se reducen drásticamente.
En menor medida, hay unos cuantos registros de plagas producidas por insectos, que también
se refieren a la zona de influencia del Pacífico, pero están concentrados en Guanacaste (Pacífico
Norte).
Como un patrón para todo el período 1980-1984, independientemente de cuál
sea la condición que caracterice la variabilidad climática en el país, sea una fase fría
o cálida de ENSO, o un intervalo libre de ellos, las inundaciones, deslizamientos y vendavales mantienen
su predominancia sobre el resto de la tipología de los eventos.
Esto sugiere algo importante en cuanto a la génesis de los sucesos dañinos
que tienen un componente hidrometeorológico, puesto que no se precisa la existencia de un fenómeno en particular para que aquéllos
se produzcan. Es decir, que como confirmación a la hipótesis acerca de la configuración social
del riesgo ENSO, la concreción de eventos de desastre está más asociada a la vulnerabilidad
construida por la sociedad que a las propiedades inherentes de un fenómeno atmosférico cualquiera.
En este período Niña se reduce comparativamente el número de eventos
para Limón, en relación a varias provincias del Valle Central, y del Pacífico, como Puntarenas
y Alajuela. Heredia y Guanacaste mantienen su bajo perfil en el registro, y ello hasta ahora ha sido independiente
de las condiciones climatológicas predominantes en cada época (fig. 3 y 4).