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ANALISIS DE LA INFORMACION

4.c. El último Niño de la década: 1997-1998

 

Poco después de esta fase de enfriamiento de ENSO, comenzó a gestarse una de calentamiento, con lo que en esta década son relativamente pocos los meses que entre un evento ENSO y otro, han estado sujetos a la VC propia de los períodos No ENSO.

 

De hecho, en lo que toca a las fases frías, una de las razones por las cuales han recibido menos atención se debe a que en algunas regiones sus efectos son semejantes a lo que se considera “normal” para la época en que se presentan, así como el hecho de que su ocurrencia sea más escasa que la de los eventos cálidos (Glantz, 1996). Es por eso que entre la opinión pública y otros sectores, La Niña no ha adquirido una identidad de fenómeno particular, como sí lo ha logrado El Niño.

 

En abril de 1997 ya se reportaba el próximo fenómeno de El Niño de la década de 1990. Hasta ese momento, se pensó que el evento 1982-1983 había sido “El Niño del Siglo”, pero el que iniciaba  produciría efectos semejantes a aquél.  Su primer trimestre tuvo una intensidad moderada que iría en aumento y se mantendría fuerte hasta marzo de 1998, cuando comenzaría a descender hasta desaparecer aproximadamente en junio. Sólo 4 meses después de esto, se desarrollaría en el Caribe el huracán Mitch, para acabar el “collage” de eventos que colmarían hasta este momento la década. 

 

El período 1995-1998 tuvo 682 eventos, distribuidos de la siguiente manera:

 

 

Intervalo

# Eventos

Porcentaje

Niña 1995-1996

83

12

Huracán César

60

8.9

Niño 1997-1998

124

18

Huracán Mitch

107

15.7

TOTAL

374

54.6

Período 1995-1998

682

100

 

Fuente: DesInventar, Versión 5.4

 

El porcentaje restante, que equivale a 45.4% de los eventos dañinos entre 1995 y 1998, sucedieron en intervalos no ENSO que totalizan 24 meses ó 2 años, la mitad de los estudiados en este período y exactamente la misma cantidad que suman los intervalos ENSO.  Es decir, las cifras de eventos para intervalos ENSO y No ENSO tienen una diferencia porcentual de 9.20 y absoluta, de 66 eventos, a favor de los primeros,  en igual cantidad de meses, entre 1995 y 1998.

 

Este último evento El Niño reportó el 33% de los eventos en Limón y el 22.6% en San José. Las demás provincias se distribuyen de manera más o menos equitativa el restante 44%. Esto ha sido la norma, a excepción de Turrialba, en Cartago, que reduce su presencia después de haber estado en los períodos anteriores, al mismo nivel de Talamanca, Limón y San José en el registro de eventos dañinos. Esto sucede no sólo durante este ENSO en  particular, sino en todo el período 95-98 (fig.17).

 

Desde el punto de vista de los eventos, las inundaciones cubren el 45% versus el 55% de todos los demás. Por primera vez aparecen las “olas de calor” (cuadro# 4) y se reportan 9 sequías, la totalidad de las que se registraron en el lapso 95-98. Estas dos categorías se presentaron en el Pacífico Central y Norte, y el Valle Central, así como en la provincia de Alajuela, en el cantón de San Carlos.

Este evento El Niño en particular, pese a su intensidad, pudo prevenirse en sus impactos sobre el sector agropecuario, la generación hidroeléctrica y los servicios de aguas.  El estado concertó un foro donde las instituciones estatales dispusieron  estrategias que serán más profundamente analizadas en la siguiente parte de la investigación, donde se verá que, no obstante, hubo yerros lamentables que perjudicaron especialmente la producción ganadera de la Zona Huetar Norte, y varias manchas de bosque que se quemaron, allí y en el  Pacífico Norte.


Las inundaciones en Limón, en los meses de mayo y agosto de 1997, se presentaron en 4 de los cantones de la provincia y sumaron 30.  La del mes de agosto afectaron también a las provincias de Cartago y Heredia.


Hasta el mes de marzo, se habían registrado 24 eventos en 1998, que al finalizar totalizarían 201 reportes, 107 de ellos debidos a Mitch.

 


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Ultima actualización:
Dic/21/2006
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