SECCION I
PROPUESTA DEL PROYECTO - ECUADOR
2. INTRODUCCION AL MARCO CONCEPTUAL
2.1 Algunos Conceptos Básicos
El clima de la región costera ecuatoriana está regido por la denominada zona de convergencia intertropical
que es la franja en torno a la línea ecuatorial donde interactúan los vientos alisios y las corrientes
frías y de alta salinidad (corriente de Humbolt) con los vientos y las masas tropicales cálidas de
baja salinidad y las corrientes cálidas del norte como las de El Niño. En el período mayo-noviembre
coincidente con el invierno austral, los alisios del sudeste impulsan a la corriente de Humbolt por arriba de la
línea ecuatorial, lo que aunado a la masa de aire frío impide las precipitaciones y origina la estación
seca.
La así denominada “Corriente de El Niño”, es una corriente cálida del Océano Pacifico,
junto a la costa Sudamericana, proveniente del nor, nor-oeste, que impide a la corriente fría de Humbolt
alcanzar las latitudes del Ecuador desde el sur. (Rossel et, al, 1995). Esta corriente ha sido popularmente conocida
por más de un siglo por los pescadores y habitantes de la costa ecuatoriana y peruana. Este fenómeno
natural se inicia aproximadamente a finales del año y su duración en años regulares es coincidente
con el verano austral entre diciembre y abril, lo que determina el patrón de precipitaciones de la región
costera ecuatoriana (Figura ---) como lo evidencia el registro pluviométrico de la estación Portoviejo
en la costa central de Ecuador.
Debido a que la aparición de esta corriente en diciembre, la población costera la asoció al
evento más importante del fin de año como es la celebración de la Natividad del Niño
Jesús el 25 de diciembre, de donde toma su nombre. En esta fecha tradicionalmente en la región costera
se inicia la época de vacaciones y la temporada de playa, cuando ya las aguas están cálidas
y muy agradables para los bañistas. Esta época marca también el inicio de la época
lluviosa en la región costera como se ve en la figura anterior.
Este conocimiento empírico estuvo así asimilado o incorporado por la sociedad y por la colectividad
científica de Ecuador y Perú. De hecho Glantz 1996, cita al Capitán Peruano Carrillo quien
en 1892 ya denominaba en una ponencia ante la Sociedad Geográfica en Lima a esta Corriente como El Niño.
Por tanto “El Niño” es un fenómeno natural familiar a esta región.
¿Cuándo, porqué y en qué
cambió el concepto?
A partir de una gran sequía en la India en 1918, según reporta Glantz, 1996, el matemático
Walker en 1924 a la sazón Jefe del Departamento Meteorológico de la India, descubrió la denominada
Oscilación del Sur que consiste en la variación de la diferencia de presión a nivel del mar
entre Tahiti y Darwin en el Pacífico Occidental.
Posteriormente varios investigadores, principalmente J. Bjerkens en 1966, determinó los mecanismos que conectan
a los Fenómenos de El Niño y a la Oscilación del Sur e identifico que la interacción
océano – atmósfera era la responsable de El Niño, por lo que a este fenómeno global
se le empezó a conocer como “El Niño Southern Oscilation” (ENSO). (Magaña, 1999, pp. 8).
La circulación atmosférica de este a oeste en el Pacífico (denominada posteriormente Circulación
Walker en honor al científico), asociada a una enorme masa de agua cálida en el Pacífico ecuatorial
occidental, a los vientos Alisios y a la posición de la termoclina, se invierte completamente durante la
ocurrencia de un fenómeno ENSO, produciendo cambios en el clima global del planeta.
De esta manera a medida que se iban determinando nuevas manifestaciones en diferentes partes del planeta y se iban
comprobando nuevas teleconexiones (Glantz, 1996, Cap. 7), ENSO iba dejando de ser un fenómeno local de la
costa pacifica sudamericana, para convertirse en uno global, al cual la comunidad científica internacional
está prestando cada vez mayor atención. Gradualmente, ante el mundo dejó de ser la Corriente
de El Niño para convertirse en ENSO o ENOS (El Niño Oscilación del Sur).
¿El Niño de héroe a villano?
¿La pregunta es qué cambió a lo largo de estos últimos 30 años. Según
Woodman, 2000, El Niño era esperado y recibido con alegría por parte de los pobladores de la región
costera de Perú. Algo similar sucedía en la costa de Ecuador con los agricultores que recibían
con alegría la llegada de este Niño. Sin duda, también en la experiencia de los habitantes
costeros estaba el hecho de que de tiempo en tiempo las lluvias excesivas traían daños, pero los
efectos benéficos aparentemente eran mayores por lo que primaba una apreciación positiva respecto
a este hecho.
En el cambio de apreciación a lo largo de estos 30 años, sin duda ha pesado la ocurrencia de los
dos Niños del 82-83 y 97 –98 y sus impactos desastrosos, que han sobrepasado los impactos benéficos
que trae asociado El Niño (EN). Cambió, muy posiblemente aumentó, el grado de exposición
de la sociedad ante estos eventos extremos. Desnudó EN una situación de falta de preparación
de la sociedad y el estado ante la presencia de estos eventos. Y como a alguien hay que echar la culpa, esta recayó
en El Niño.
Adicionalmente, el tratamiento que la prensa hace de ENSO y sus manifestaciones en los dos mega-eventos últimos
ha ocasionado que gradualmente se vaya imponiendo el criterio de ENSO como una anomalía, negativa, destructiva
y olvidando a El Niño como Fenómeno natural, incluso benéfico.
¿El Niño es la normalidad o es la anormalidad?, ¿Es esa la pregunta o el enfoque correcto?.
Estas y otras preguntas tratarán de ser absueltas a lo largo de la investigación propuesta. (Ver
Anexo 1)
2.2 Breve análisis de las manifestaciones de El Niño
El Fenómeno de El Niño se manifiesta a través de alteraciones atmosféricas y oceánicas
a distinto nivel, tanto en términos espaciales y temporales, que se registran a través de anormalidades
en los diferentes parámetros del clima. A nivel global una de las más fuertes manifestaciones del
fenómeno se presenta frente a Ecuador y Perú.
En términos de alteraciones de los parámetros climáticos frente a las costas de estos países,
los más significativos son (Zevallos, 1999):
- Incremento de la temperatura superficial del mar y disminución
de la salinidad -
- Elevación del nivel del mar, ocurrencia de oleajes
y marejadas -
- Aumento de la pluviosidad y de la humedad del ambiente -
- Incremento de la temperatura del aire en la región
costera -
- Baja de temperaturas en la región andina -
- Vendavales, ventiscas y tormentas eléctricas -
- Sequías, olas de calor, incremento de horas de brillo
solar
De los fenómenos antes listados, a nivel
de Ecuador, las lluvias son de largo el factor que más influye en la generación de eventos desastrosos.
En términos espaciales a nivel de Ecuador, Rossel, et al, 1996, han demostrado que el efecto de El Niño
presenta una correlación significativa entre incremento de la TSM y de la precipitación en la región
costera centro y sur y en menor medida en la costa norte y los valles interandinos.
El efecto de las lluvias puede ser por su alta intensidad puntual o por acumulación en un período
de tiempo. El impacto de las lluvias puede darse directamente por su ocurrencia o por el incremento de los caudales
de los ríos, quebradas, esteros, etc.
Las lluvias intensas provocan
típicamente crecidas y desbordamientos, inundaciones urbanas, daños a viviendas, infraestructura
y agricultura, pérdida de cosechas, disparo de flujo de lodos y escombros, caídas de árboles
y tendido eléctrico, etc.
A su vez las crecidas o avenidas ocasionan desbordamiento e inundaciones, destrucción de obras
y viviendas en sus orillas, erosión de márgenes, socavación de pilas de puentes y estribos,
destrucción de puentes, cortes de carreteras, ensanchamiento de cauces y pérdidas de tierras agrícolas,
cambios morfológicos en ríos, sedimentación, desbordamiento de presas de embalse, rotura de
diques y reservorios, destrucción de gaviones y diques longitudinales, daños en bocatomas y alcantarillas,
ocurrencia de palizadas, ahogamientos, muerte de animales, etc.
Las lluvias acumuladas provocan
inundaciones rurales de larga duración, saturación de suelos, pérdidas agrícolas, deslizamientos,
hundimientos de suelos, aparecimieno de vertientes, esteros, etc.
Las inundaciones a
su vez ocasionan otros impactos y pueden ser urbanas o rurales.
Las inundaciones urbanas suelen ser de corta duración y se deben a insuficiencia de los sistemas
de alcantarillado. Estas provocan típicamente obstaculización del tráfico vehicular, daños
en viviendas, menaje, etc., fallas en los servicios telefónicos, contaminación con aguas negras,
taponamiento de alcantarillados y otros.
Las inundaciones rurales son usualmente de larga duración, permaneciendo las aguas estancadas
en zonas bajas. Sus impactos son: daños a la agricultura, plagas, epidemias, aislamiento de poblaciones,
evacuaciones, daños en sistemas de riego, etc.
Los deslizamientos y aluviones a su vez pueden ocasionar rotura de acueductos, oleoductos, destrucción
de viviendas y otras propiedades, interrupción de carreteras y otros servicios, represamientos de ríos,
muertes, etc.