SECCION I
PROPUESTA DEL PROYECTO - ECUADOR
3. REVISION BIBLIOGRAFICA
El presente numeral es una breve revisión interpretativa sobre ENSO y sus efectos con particularidad en
Ecuador.
3.1 Aspectos de Gestión
La Corporación Andina de Fomento en un documento para los Presidentes de los países miembros reafirma
que las zonas costeras de Perú y Ecuador son las más afectadas a nivel mundial tanto en la parte
oceánica como atmosférica (CAF, 1999). Según esta publicación ENSO 97-98 resultó
el más intenso del siglo, incluso superior en intensidad al del 82-83. El fenómeno se presenta con
diversa intensidad y frecuencia. Aunque es un evento recurrente no tiene una periodicidad definida sino que fluctúa
de entre 2 y 7 años. La duración típica es de 12 meses, pero han ocurrido eventos de hasta
28 meses como el de 1939-1942.
Aunque sin demostrarlo, la misma publicación afirma que aparte de las diferencias de magnitudes climáticas,
el incremento de las afectaciones entre los eventos del 82-83 y 97-98 está fuertemente relacionado con el
incremento de vulnerabilidad de los países frente a los fenómenos naturales. Los modelos de intervención
ambiental provocan una intensificación del poder destructor de los fenómenos naturales asociados
a El Niño, tales como cortes de carreteras por interrupciones del drenaje, sequía por inadecuado
manejo de las cuencas, exposición de la población y de actividades productivas por falta de ordenamiento
territorial. En conclusión las actuaciones predominantes parecen ser reflejo de un modelo de desarrollo
no sostenible, por falta de prevención frente a fenómenos climáticos.
Más allá de esfuerzos aislados, durante El Niño se puso de manifiesto las limitaciones de
las instituciones permanentes para llevar a cabo la prevención, atención y recuperación en
materia de desastres. CAF anota las siguientes debilidades en la gestión del riesgo.
- Predominio de la visión socorrista y poca actuación
en la prevención
- Poco conocimiento de los riesgos específicos relacionados
con el Fenómeno El Niño.
- Inversión de recursos en obras de desarrollo sin
considerar la variable riesgo climático.
- Creación de organizaciones transitorias de alto nivel
para coordinar la respuesta gubernamental sustituyendo los esquemas institucionales preexistentes. -
- Falta de coordinación y participación territorial
-
- Ausencia de políticas para el manejo de recursos
financieros durante la crisis
Como desafíos ante nuevos eventos esta
institución plantea:
- Necesidad de esfuerzos regionales de investigación
para el conocimiento de las relaciones causales y el manejo de los impactos, en particular mayor investigación
sobre el efecto climático del fenómeno de El Niño en cada país, departamento y municipio.
- Profundizar el conocimiento sobre riesgos específicos
relacionados con el Fenómeno de El Niño , como base para la prevención.
- Focalizar las políticas preventivas en el manejo
de cuencas y el ordenamiento territorial.
- Incorporar en la cultura de la población valores
y actitudes que propicien la prevención.
- Definir una política pública para la prevención,
atención y rehabilitación que generen una actitud responsable en el sector público y una activa
participación del sector privado.
- Aprovechar las oportunidades de cooperación entre
países andinos.
3.2 Impactos de ENSO 97-98
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), reportado por El Comercio de Lima del 23
de julio del 2000, El Niño 97-98 causó pérdidas por 33.900 millones de dólares en todo
el mundo. En lo que se refiere a pérdidas económicas directas, Latinoamérica fue la más
afectada con 18 mil millones de dólares. En total más de 117 millones de personas se vieron afectadas
y más de 4.8 millones perdieron sus hogares.
Según CAF, 1999, EN 97-98 produjo pérdidas tangibles estimadas en 7.500 millones de dólares
en la región andina. De este monto 4.800 millones son daños indirectos, mayores a los daños
directos. El impacto de este evento fue tan alto que afectó la capacidad regional de inversión y
limitó los recursos disponibles para las actividades de desarrollo.
En términos absolutos los países que sufrieron mayores pérdidas fueron Ecuador y Perú.
En orden de afectación con relación al tamaño de las economías el país más
afectado fue Ecuador, cuyos daños equivalieron al 14.6% del PIB de 1997 y a tres cuartas partes de la formación
bruta del capital de un año.
En términos de sectores afectados, el productivo correspondió el 53%, el de servicios el 29% y el
social el 7% del total. En el sector productivo los daños en el sub-sector agrícola representaron
el 78% de éste. En el sector servicios, los daños en el transporte (principalmente vial ) representaron
el 96% del mismo. El sub-sector vivienda contabilizó el 75% de las pérdidas en el sector social.
Efectos Económicos y Sociales de El Niño
en Ecuador.
Vos et, al, 1999.
Los desastres naturales como El Niño, con frecuencia golpean con mayor fuerza a los pobres. Así,
a menudo es difícil separar los efectos de las condiciones de vida resultantes de la inclemencia del clima,
de la falta de infraestructura, o de la falta de desarrollo económico. Adicionalmente, al realizar la evaluación
de daños debido a desastres naturales, siempre surge la controversia de si se debería contabilizar
sólo los recursos por la reparación y la rehabilitación a las condiciones previas al desastre
o los necesarios para prevenir futuros daños e impulsar el desarrollo.
En el caso de análisis, los autores establecen que la orientación de las políticas del Ecuador
ante El Niño parecen haber sido únicamente reactivas y no proactivas orientadas a las inversiones
para el desarrollo. El estudio determina que los costos económicos y sociales en Ecuador fueron sustanciales.
Los resultados sugieren que la mayoría de las pérdidas agrícolas provienen de pequeños
agricultores en la producción de arroz, café y cacao y en menor medida en la industria de la caña,
y en las plantaciones bananeras. El impacto global sobre la incidencia de la ya alta tasa de pobreza pudo haber
sido tan alto como 10 puntos porcentuales adicionales.
Para algunos como los ricos productores de camarón, el Niño no significó un desastre sino
un boom, ya que vieron incrementarse su productividad hasta en un 25%, mientras los exportadores de banano compensaron
sus pérdidas a través de mayores cuotas y precios de exportación.
Los riesgos de salud fueron mayores en las áreas con pobre infraestructura sanitaria y bajas condiciones
sociales en general. Las áreas afectadas en esta ocasión coincidieron en gran medida con aquellas
afectadas en previas ocurrencias del fenómeno del El Niño.
Daños en la infraestructura educativa- IIFIUC
El Instituto de Investigación y Desarrollo de la Facultad de Ingeniería dela Universidad Católica
Santiago de Guayaquil, IIFIUC, 1998, realizó por encargo de la OEA una evaluación sobre los daños
producidos por las inundaciones sobre la infraestructura escolar del litoral ecuatoriano, principalmente enfocado
hacia la determinación de las vulnerabilidades subyacentes en esos desastres que se presentaron por efecto
de EN 97-98.
Entre la Vulnerabilidades más importantes destacan:
Vulnerabilidades derivadas del desarrollo urbano y
regional no planificado, como el relleno de calles,
planicies de inundación y quebradas, construcción de carreteras sin drenajes suficientes, estrechamiento
del cauce de los ríos, impactos por obras de infraestructura agrícola y camaronera que producen cambios
en la hidrodinámica de los ríos, etc.
Vulnerabilidades introducidas en la planificación
y el diseño de la infraestructura escolar,
debida a la selección de sitios inadecuados o inundables, construcción de rellenos insuficientes,
malos drenajes de patios y áreas verdes, inadecuadas instalaciones sanitarias y de agua potable, utilización
de malos materiales, etc.
Vulnerabilidades sociales y culturales, como la falta de organización comunitaria, la pérdida
de cultura de prevención, la falta de capacitación, el vandalismo, la corrupción, la falta
de mantenimiento preventivo y por último la utilización indiscriminada de estos centros como albergues
para damnificados.
Los autores plantean en consecuencia una serie de medidas correctivas como mitigación para la reducción
de la vulnerabilidad y los daños.