Perú
Informe año 1
Piura: región piloto del
Proyecto. Sus peculiaridades geográficas
y de riesgosde desastre ENSO: un caso de estudio de vulnerabilidad
El departamento de Piura
Modelo Conceptual de Vulnerabilidad: variables en juego y su descripción
En el análisis del riesgo de desastres se han desarrollado diversas metodologías. Una metodología parte de un modelo conceptual que se tenga sobre el tema a tratar. La metodología parte del modelo conceptual que se formula de la siguiente manera:
RIESGO (P) = VUlNERABILIDAD (P) * AMENAZA (P)³ |
Haciendo énfasis en el concepto de vulnerabilidad de una sociedad ante desastres entendida como: "la susceptibilidad que una comunidad sea afectada por algún fenómeno, expresada en su incapacidad para «absorber», mediante el autoajuste, los efectos de un determinado cambio en su medio ambiente, o sea su «inflexibilidad» o incapacidad para adaptarse a un cambio, que para la comunidad constituye, por las razones expuestas, un riesgo. La vulnerabilidad determina la intensidad de los daños que produzca la ocurrencia efectiva de una amenaza o peligro sobre una comunidad".
Bajo estos conceptos, en el análisis de vulnerabilidad ante desastres de la población de Piura se buscó integrar indicadores sociales, educacionales, económicos susceptibles de ser cuantificados y georeferenciados, que permita caracterizar la "susceptibilidad de la comunidad a ser afectada por alguna amenaza".
Una definción similar pero que incorpora otros elementos, como la resiliencia, se encuentra en Blakie et al, 1996: "Por vulnerabilidad entendemos las características de una pesona o grupo desde el punto de vista de su capacidad para anticipar, sobrevivir, resistir y recuperarse del impacto de una amenaza natural. Implica una combinación de factores que determinan el grado hasta el cual la vida y la subsistencia de alguien queda en riesgo por un evento distinto e identificable de la naturaleza o de la sociedad (Blakie et al, 1996: 30). Aquí, debemos hacer notar, la el concepto de sistema no es el que se destaca, sino el de grupo y persona.
A nuestro juicio existen dos posibles enfoques para llegar a un modelo conceptual de vulnerabilidad. El primero consiste en armar un modelo teórico general de vulnerabilidad, para el cual se determinarían todas las posibles variables que intervienen en la configuración de una situación de vulnerabilidad. La construcción de este modelo podría permitir inducir patrones probables de vulnerabilidad. Sin embargo, este enfoque si bien teóricamente válido, presenta una serie de inconvenientes. Para modelar con algún grado de confianza un concepto tan complejo como la vulnerabilidad, siendo probable que el modelo resulte en exceso complejo.
La poca disponibilidad de datos reales impondría limitaciones severas al modelo y como resultado es muy probable también que, al verificarse el modelo frente a realidades específicas, no se produzcan resultados confiables. En todo caso, la construcción de un modelo de este tipo requeriría un tiempo y un volumen muy de datos difícil de alcanzar.
El segundo enfoque supone abandonar a priori cualquier pretensión de que exista un modelo generalizable de vulnerabilidad. Más bien se reconoce explícitamente la existencia de vulnerabilidades locales y regionales muy específicas. Este enfoque más bien deductivo es el que hemos decidido seguir para la elaboración del modelo conceptual para el análisis de la vulnerabilidad y consiste en deducir los parámetros del patrón real de vulnerabilidad. Con base en el, se ha identificado un grupo de variables e indicadores que pueden modelar el patrón de vulnerabilidad del espacio a estudiarse.
Las ventajas de este modelo son: el modelo podría resultar mucho menos complejo y más factible de realizarse en base a los datos disponibles. La desventaja es que el modelo estaría limitado a un determinado patrón de vulnerabilidad en un contexto específico. No sería generalizable ni hacia otros tipos de vulnerabilidad ni hacia otros contextos.
Se han identificado algunos parámetros del patrón típico de vulnerabilidad para la región, con base en la experiencia de estudios anteriores (Oliden, 1996) que se tienen para la región de Piura. A continuación se procedió a identificar algunos indicadores que nos permita expresar cuantitativamente las variables relacionadas con los patrones de vulnerabilidad.
Los patrones de vulnerabilidad identificados son:
Posteriormente se ha buscado una serie de indicadores cuantitativos susceptibles de ser georeferenciados de manera que representen estos patrones previamente definidos y, al ser integrados, nos generen indicadores de vulnerabilidad diferenciados por provincia y por distrito.
Analizando la información disponible sobre estos indicadores encontramos que el principal problema es que mucha información se presenta a nivel cualitativo más que cuantitativo y no se encuentra a nivel espacial. Esta es una de las limitaciones de estev tipo de trabajo, sobre todo para la recopilación de los indicadores referidos a "niveles organizativos" e "ingresos económicos".
Otra limitante es que las bases estadísticas se encuentran a nivel provincial y departamental, y sólo algunos indicadores se representan a nivel de distrito. Este problema se presenta con la mayoría de indicadores y en especial con los referidos a migraciones.
La fuente de información utilizada son las estadísticas elaboradas por el INEI. Se utilizó el Censo de Población y Vivienda de 1993. El INEI a su vez ha publicado un estudio nacional titulado "Mapa de necesidades básicas insatisfechas de los hogares a nivel distrital". Este estudio presenta una serie de indicadores de los cuales hemos extraído los indicadores vinculados a nuestro tema de estudio.
Los indicadores utilizados por el INEI para medir pobreza por el método de NBI son:
a) hogares en viviendas con características inadecuadas.
b) Hogares en viviendas con hacinamiento.
c) Hogares en viviendas sin desague de ningún tipo.
d) Inasistencia a escuelas primarias de menores y,
e) La capacidad económica del hogar que asocia el nivel educativo del jefe de hogar con la tasa de dependencia económica.
Las definiciones de cada indicador, así como su nivel crítico planteado por el INEI son las siguientes:
a) hogares en viviendas con características inadecuadas: el acceso a la vivienda es una necesidad básica que debe guardar condiciones estándar en cuanto a la habitabilidad, la privacidad y un confort mínimo, en el cual los miembros del hogar puedan desarrollar sus actividades individuales y sociales sin privaciones. En tal sentido, el indicador hogares en viviendas con características físicas inadecuadas alude al material predominante en las paredes y pisos, así como al tipo de vivienda. Se considera como inadecuada a las viviendas cuyo material predominante en las paredes exteriores es la estera, aquellas que tengan piso de tierra y paredes exteriores de quincha, piedra con barro, madera y otros materiales improvistos (cartón, lata, adobe o ladrillos superpuestos).
b) hogares en viviendas con hacinamiento: otro indicador que define el acceso a una vivienda adecuada se refiere a la existencia o no de hacinamiento, es decir a la densidad de ocupación de los espacios de la vivienda. El hacinamiento resulta de relacionar el número de personas con el número total de habitaciones que tiene la vivienda (sin contar con el baño, cocina o pasadizo). Se determina que hay hacinamiento cuando residen más de tres personas por cuarto.
c) hogares en viviendas sin desague de ningún tipo: dentro de la infaestructura de los servicios básicos del hogar, la disponibilidad del servicio higiénico es esencial. El disponer de un servicio higiénico o de un lugar de la vivienda destinado a la deposición de excretas disminuye los riesgos de contaminación por la presencia de factores que atenten contra la salud. Existe evidencia de la estrecha relación entre la mortalidad infantil y el acceso a un medio adecuado de eliminación de excretas. El indicador hogares en vivienda sin desagüe de ningún tipo considera que el mínimo sanitario está asociado con la disponibilidad de un sanitario; en tal sentido a los hogares que no tienen disponibilidad de servicio higiénico por red o tubería o pozo ciego.
d) hogares con niños que no asisten a la escuela: la educación que se adquiere en la escuela desde los primeros años constituye el vínculo de integración del niño a la sociedad. La inasistencia a la escuela de niños en edad escolar representa una privación crítica. Se considera dentro de este indicador a los hogares con presencia de al menos un niño de 6 a 12 años que no asiste a la escuela, entendiéndose que no tiene capacidad de acceso a los servicios educativos.
e) hogares con alta dependencia económica: en el análisis de la pobreza es necesario incorporar variables que indiquen el nivel de ingresos alcanzado por un hogar que permitan alcanzar niveles mínimos de consumo en todos aquellos bienes y servicios que normalmente se obtienen a través de ingresos monetarios. Dado que los censos de población no incorporan la variable ingreso, se buscaron indicadores indirectos que reflejen en cierta manera la capacidad económica de los hogares. El indicador "dependencia económica" representa en cierta forma una probabilidad de insuficiencia de ingresos para cubrir las necesidades. El indicador dependencia económica relaciona PEAS desocupada y la no PEA más los menores de 6 años con respecto a la PEA ocupada. Expresa la carga económica que se tiene por cada persona ocupada. También se considera que un hogar tiene alta carga o dependencia económica al no existir ningún miembro ocupado y el jefe de hogar sólo cuenta con primaria incompleta. Se consideró como crítica la presencia de más de tres personas por miembro ocupado del hogar. Y siendo el jefe de hogar por lo general el único o el principal perceptor de ingresos del hogar, se definió un nivel crítico de educación en el cual el jefe de hogar cuenta con primaria incompleta.Continua ->